domingo, 14 de octubre de 2012

UNA LUZ CELESTIAL

 
 
Sin duda el mejor consejo de Rubén A. fue redirigirnos a visitar la Catedral de Palma de Mallorca (ciudad donde, gracias a él, me encontraba el domingo pasado), completando el consejo con la hora de visita, 10.30 de la mañana. ¿Por qué a esa hora?
Porque el sol penetraba por el eje de la catedral desde el rosetón situado sobre el altar,  donde sus 1.236 diferentes vidrios, repito, ¡1.236 diferentes vidrios! se veían así:  
   
 

Sobre los bancos traseros,  a más de 100 metros de distancia de esta vidriera  (la mayor entre las catedrales góticas del mundo entero) la luz del rosetón se reflejaba así:
 


Y desde fuera de la entrada principal (que estaba abierta) a unos 130 metros, sobre los adoquines de la calle, así:  
(Al entrar mirando al suelo pensé que eran luces leds coloreadas, tan de uso hoy día, colocadas en el techo).

 


Esta otra toma (que no es mía) está tomada a otra hora del día para ver como llega la luz sobre la fachada interior de esta entrada principal, insisto, situada a más de 100 metros de distancia, apareciendo en este foto otro rosetón secundario. Pero fijaros en la belleza de la luz tamizada, que es la que llega desde el rosetón principal, y objeto de este post.

 
 

Atención  truco de fotógrafos. Dado que no dejan durante las ceremonias religiosas, y me parece bien, realizar fotografías, pues se molesta a los creyentes, es posible, si queréis llevaros un recuerdo, disparar sin flash. Para que no salga movida, utilizad por ejemplo un banco como trípode, situándose uno en un lugar trasero y tirando varias fotos disimuladamente y sin levantar la cámara.
Apuntad a ojo sin mirar por el visor hacia aquello que os interese. Siempre sale alguna toma decente, y no hace falta que quede centrada.
Para otro post de bonitos reflejos, pinchad en este ENTRETENIDO ENLACE.
 

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