Aquí os presento a Sara, nueve años y sin ganas de fotografiarse.
La trajo Esther, su madre, y también trajo a su hermano, Diego.
Tardé tiempo en que les interesara posar para mi.
Pero les hice saltar, y congelarles en el aire mientras caían.
Un éxito, nos lo pasamos bien fotógrafo y fotografiados.
De la serie de vuelos, escogí esta porque la composición llena la foto.
Que pena que se me fueron las manos del encuadre. Otra vez será.
Por cierto, en este blog casi todas las fotos son con mi única cámara, una Olympus 510
que pesa poco y me encanta.
Hola Sarita. Un beso.
ResponderEliminarEs que Sara ya ews muy mayor y no cabe.