Cualquier escena, cualquiera, puede tomarse de varias formas.
La primera, clásica, que es inminente, consiste en que el fotógrafo, situado de pie, con la cámara a la altura de la cabeza, dispara a su objetivo. Así están hechas casi todas las fotos poco o nada meditadas. Como las que hacen los turistas de los monumentos famosos. Todas iguales.
O propongo esta segunda forma, consistente en algo tan sencillo como situar en un primer plano aquello secundario que refuerza lo que quieres fotografiar, que lo sitúas en el segundo, o viceversa.
En la primera foto de aquí abajo, lo importante es la bajada de las redes por parte de los que están en el barco. La ola, secundaria, potencia la dificultad del momento.
Ejemplo nº 3. En la toma de abajo, las redes extendidas en la orilla son izadas al barco de forma ordenada. Aquí ambos planos se potencian mutuamente.
Ultimo ejemplo. Aquí abajo, sobre el pantalán, o muelle, en un primer plano, los peces. ¿Pero quien los está sacando de la barca ? Los del segundo plano.
PERO, ATENCIÓN, EN TODAS ELLAS SIEMPRE ME HE AGACHADO PARA HACER LAS TOMAS, Y ME HE PUESTO A LA ALTURA DE LOS OBJETOS DEL PRIMER PLANO
Para ver un ejemplo parecido, aplicado a retratos, pinchad en este otro interesante y musical ENLACE
Javier, como conozco de buena tinta que me lees, aquí te devuelvo la visita para convertir en recíproco el seguimiento. Mi más sincera enhorabuena por tu blog al que desde este instante me hago incondicional. Un saludo, Joaquín.
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